Buscador del blog

lunes, 13 de abril de 2015

Seamos realmente solidarios

Me dijeron que había que ser solidario. Pero no me dijeron la manera correcta de serlo. Porque, si todos tuviésemos el concepto de solidaridad que se nos suele vender, el de donar algo de dinero, el de realizar algún sencillo evento sin tener que esforzarse mucho, etcétera, no sería más que un simple parche para una herida que cada vez provoca un dolor más inciso y agudo. Sí, está muy bien dar de comer a un pobre vagabundo, pero estaría mejor lograr que ese individuo pudiese subsistir a través de su capacidad de trabajo. Sí, está muy bien enviar donaciones económicas a países empobrecidos, pero estaría mejor permitir que esos países abandonen el subdesarrollo.

La escindida sociedad en la que vivimos está en clara decadencia. Los valores de altruismo, de compañerismo y de búsqueda de la igualdad y de la justicia van tornando a la inexistencia. Nos hemos convertido en autómatas que buscan el bien personal antes que el bien común, llenos de egoísmo y sombras, y esto abre cada vez más la brecha social.

— Juanjo, eso que dices no tiene ningún sentido porque, si cada vez se ve que hay más gente ayudada por actos solidarios, se supone que por consiguiente el egoísmo se está reduciendo, ¿no?

— Pues mira, sinceramente, yo no lo veo así. A cada día que pasa, las influencias que recibimos nos hacen alienarnos más de nuestra propia conciencia para acercarnos al modelo de ideas y de valores impuestos por el sistema capitalista occidental en el que vivimos. Y dentro de estas ideas y estos valores, claramente injustos, hay mecanismos que nos hacen sentirnos bien, creer que no todo es tan horrendo y que las desigualdades se aceptan porque podemos darles ayuda a los desfavorecidos. Y el tipo de solidaridad que solemos practicar, no es más que un mecanismo de nuestra alienación para sentir que estamos acabando con las desigualdades, cuando realmente lo que nuestra naturaleza humana debería buscar sería acabar con lo que genera las desigualdades. Y si cada vez se llevan a cabo más acciones solidarias, es porque estás desigualdades van aumentando progresivamente. Si lo piensas, tiene sentido.

— Ya, pero...

— Pero... ¿qué?

— Pero nada, la verdad.

Es muy duro pensarlo. Nos estamos destruyendo poco a poco de esta manera. Sufrimos una hemorragia y, en vez de atacarla para sanarla, nos limitamos a tomar algún medicamento que atenúe el dolor. Y así nos vamos muriendo poco a poco y sin darnos cuenta. No podemos permitirlo. No debemos.

Por todo esto que he explicado, para concluir este escrito, me gustaría hacer un llamamiento a todo el mundo: frenemos esta hemorragia que nos asola. Sigamos si queremos realizando donativos, preparando eventos y otros actos que nos permitan mejorar la situación de algunos individuos en concreto, pero no olvidemos buscar combatir el sistema que crea estas diferencias y estas situaciones de miseria y de dependencia. A la par que colaboramos en organizaciones no gubernamentales y en otras plataformas solidarias, colaboremos con la misma o mayor entrega en partidos políticos, en sindicatos proletarios, en mesas de debate. Así, buscaremos llevar a cabo el objetivo de crear una sociedad que sea tan solidaria, que en ella no haga falta tener que llevar a cabo la solidaridad de manera explícita. Hagámoslo.


2 comentarios:

  1. Tas liao un poco con la caridad y la solidaridad picha

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es que me haya liado, es que la concepción social que se le da a la solidaridad muchas veces, es la de caridad, y yo lo he criticado analizándolo desde ese mismo prisma.

      Eliminar